
El transporte por carretera enfrenta uno de sus mayores desafíos en años: la creciente escasez de conductores profesionales, acentuada por una preocupante falta de relevo generacional. Según el último informe de la IRU (International Road Transport Union), el problema no solo persiste en 2024, sino que empieza a mostrar consecuencias a largo plazo si no se actúa con urgencia.
3,6 MILLONES DE PUESTOS VACANTES: UN PROBLEMA GLOBAL
A día de hoy, 36 países que representan el 70 % del PIB mundial acumulan más de 3,6 millones de vacantes sin cubrir para puestos de conductor de camión. Esta cifra, prácticamente idéntica a la de 2023, refleja una situación de estancamiento más que de mejora, debido en parte a la desaceleración de la demanda de transporte en algunos mercados. Sin embargo, esto no debe interpretarse como una señal positiva: si la actividad logística retomara el ritmo habitual o creciera al ritmo previsto para los próximos años, el déficit de conductores podría dispararse aún más.
Esta escasez afecta tanto a empresas de transporte de gran volumen como a operadores medianos y pequeños, limitando su capacidad de operar con eficiencia y cumplir plazos. Además, impacta en la cadena de suministro global, generando retrasos, incremento de costes y tensiones logísticas que repercuten directamente en múltiples sectores económicos.
La situación, por tanto, no solo es preocupante a corto plazo, sino que plantea desafíos estructurales que requieren respuestas coordinadas y urgentes.
UNA FUERZA LABORAL QUE ENVEJECE… SIN REEMPLAZO Y UNA GENERACIÓN JOVEN QUE NO LLEGA.
Uno de los datos más significativos del informe es el envejecimiento generalizado de la plantilla de conductores. La edad media mundial de los profesionales del volante ya alcanza los 44,5 años, y en países como España (50 %), Australia (47 %) o Italia (45 %), la mitad o casi la mitad de los conductores tienen más de 55 años.
Se estima que en los próximos cinco años, 3,4 millones de conductores se jubilarán, lo que representa una amenaza directa a la continuidad del servicio logístico a nivel mundial.
Mientras tanto, los conductores menores de 25 años representan solo el 6,5 % de la fuerza laboral. En países como Italia, Alemania, Polonia o España, esta cifra ronda apenas el 2 % - 3 %, y ha disminuido desde 2023. Curiosamente, en paralelo, la participación de los jóvenes en la fuerza laboral general ha aumentado, lo que indica que la profesión de conductor no está resultando atractiva para las nuevas generaciones.
MEDIDAS PARA REVERTIR LA SITUACIÓN
Para afrontar esta brecha, el Parlamento Europeo ha acordado reducir la edad mínima para obtener el permiso de conducción de camión de 21 a 18 años, e incluso permitir que los jóvenes de 17 años puedan conducir acompañados por un profesional experimentado.
Esta medida busca facilitar el acceso temprano a la profesión, pero no resuelve por sí sola el problema de fondo: mejorar las condiciones de trabajo y la percepción de la profesión.

¿Y EL SALARIO? ¿ES REALMENTE EL PROBLEMA?
Aunque comúnmente se asume que el salario es uno de los principales obstáculos para atraer nuevos conductores, el informe de la IRU cuestiona esa creencia generalizada. Según los datos, los sueldos de los camioneros se sitúan entre un 30 % y un 135 % por encima del coste básico de vida en las diferentes regiones analizadas.
Esto indica que, en términos económicos, la profesión no está mal remunerada. Sin embargo, los estudios no han encontrado una relación directa entre salarios más altos y una disminución de vacantes, lo que sugiere que el problema va más allá de lo puramente económico.
Lo que sí parece tener un mayor peso es la percepción global de la profesión y las condiciones laborales asociadas: jornadas largas, falta de conciliación, dificultad para encontrar zonas de descanso seguras y bien equipadas, y la sensación de aislamiento. Muchos jóvenes valoran hoy en día otros aspectos, como el equilibrio entre vida personal y profesional, el reconocimiento social o el ambiente laboral, aspectos en los que el transporte aún tiene margen de mejora.
Por tanto, atraer nuevos conductores no pasa solo por subir sueldos, sino por revalorizar el oficio, modernizar las condiciones de trabajo y ofrecer un entorno profesional más atractivo y sostenible.
ALTA SATISFACCIÓN, PERO CON CONDICIONES POR MEJORAR
Pese a todo, la satisfacción laboral entre los camioneros sigue siendo alta: un 81 % afirma estar satisfecho con su trabajo, y un 57 % se declara “muy o extremadamente satisfecho”. Los conductores jóvenes son los que expresan mayores niveles de satisfacción, y países como el Reino Unido, Francia e Italia destacan en este aspecto.
No obstante, hay aspectos que deben mejorar: el 91 % de los conductores reclama mejores áreas de descanso y un trato más digno en puntos de carga y descarga.
ATRAER, FORMAR Y CUIDAR
Desde Ferca Trucks, como parte activa del sector, creemos que es fundamental dignificar la profesión del conductor profesional y acercarla a las nuevas generaciones. Apostar por la formación accesible, mejorar la infraestructura de trabajo y crear campañas de visibilidad realista y positiva puede marcar la diferencia en los próximos años.
El futuro del transporte por carretera no se sostiene sin conductores. Es momento de escuchar, actuar y transformar el sector en una opción laboral atractiva, moderna y estable.
3,6 MILLONES DE PUESTOS VACANTES: UN PROBLEMA GLOBAL
A día de hoy, 36 países que representan el 70 % del PIB mundial acumulan más de 3,6 millones de vacantes sin cubrir para puestos de conductor de camión. Esta cifra, prácticamente idéntica a la de 2023, refleja una situación de estancamiento más que de mejora, debido en parte a la desaceleración de la demanda de transporte en algunos mercados. Sin embargo, esto no debe interpretarse como una señal positiva: si la actividad logística retomara el ritmo habitual o creciera al ritmo previsto para los próximos años, el déficit de conductores podría dispararse aún más.
Esta escasez afecta tanto a empresas de transporte de gran volumen como a operadores medianos y pequeños, limitando su capacidad de operar con eficiencia y cumplir plazos. Además, impacta en la cadena de suministro global, generando retrasos, incremento de costes y tensiones logísticas que repercuten directamente en múltiples sectores económicos.
La situación, por tanto, no solo es preocupante a corto plazo, sino que plantea desafíos estructurales que requieren respuestas coordinadas y urgentes.
UNA FUERZA LABORAL QUE ENVEJECE… SIN REEMPLAZO Y UNA GENERACIÓN JOVEN QUE NO LLEGA.
Uno de los datos más significativos del informe es el envejecimiento generalizado de la plantilla de conductores. La edad media mundial de los profesionales del volante ya alcanza los 44,5 años, y en países como España (50 %), Australia (47 %) o Italia (45 %), la mitad o casi la mitad de los conductores tienen más de 55 años.
Se estima que en los próximos cinco años, 3,4 millones de conductores se jubilarán, lo que representa una amenaza directa a la continuidad del servicio logístico a nivel mundial.
Mientras tanto, los conductores menores de 25 años representan solo el 6,5 % de la fuerza laboral. En países como Italia, Alemania, Polonia o España, esta cifra ronda apenas el 2 % - 3 %, y ha disminuido desde 2023. Curiosamente, en paralelo, la participación de los jóvenes en la fuerza laboral general ha aumentado, lo que indica que la profesión de conductor no está resultando atractiva para las nuevas generaciones.
MEDIDAS PARA REVERTIR LA SITUACIÓN
Para afrontar esta brecha, el Parlamento Europeo ha acordado reducir la edad mínima para obtener el permiso de conducción de camión de 21 a 18 años, e incluso permitir que los jóvenes de 17 años puedan conducir acompañados por un profesional experimentado.
Esta medida busca facilitar el acceso temprano a la profesión, pero no resuelve por sí sola el problema de fondo: mejorar las condiciones de trabajo y la percepción de la profesión.

¿Y EL SALARIO? ¿ES REALMENTE EL PROBLEMA?
Aunque comúnmente se asume que el salario es uno de los principales obstáculos para atraer nuevos conductores, el informe de la IRU cuestiona esa creencia generalizada. Según los datos, los sueldos de los camioneros se sitúan entre un 30 % y un 135 % por encima del coste básico de vida en las diferentes regiones analizadas.
Esto indica que, en términos económicos, la profesión no está mal remunerada. Sin embargo, los estudios no han encontrado una relación directa entre salarios más altos y una disminución de vacantes, lo que sugiere que el problema va más allá de lo puramente económico.
Lo que sí parece tener un mayor peso es la percepción global de la profesión y las condiciones laborales asociadas: jornadas largas, falta de conciliación, dificultad para encontrar zonas de descanso seguras y bien equipadas, y la sensación de aislamiento. Muchos jóvenes valoran hoy en día otros aspectos, como el equilibrio entre vida personal y profesional, el reconocimiento social o el ambiente laboral, aspectos en los que el transporte aún tiene margen de mejora.
Por tanto, atraer nuevos conductores no pasa solo por subir sueldos, sino por revalorizar el oficio, modernizar las condiciones de trabajo y ofrecer un entorno profesional más atractivo y sostenible.
ALTA SATISFACCIÓN, PERO CON CONDICIONES POR MEJORAR
Pese a todo, la satisfacción laboral entre los camioneros sigue siendo alta: un 81 % afirma estar satisfecho con su trabajo, y un 57 % se declara “muy o extremadamente satisfecho”. Los conductores jóvenes son los que expresan mayores niveles de satisfacción, y países como el Reino Unido, Francia e Italia destacan en este aspecto.
No obstante, hay aspectos que deben mejorar: el 91 % de los conductores reclama mejores áreas de descanso y un trato más digno en puntos de carga y descarga.
ATRAER, FORMAR Y CUIDAR
Desde Ferca Trucks, como parte activa del sector, creemos que es fundamental dignificar la profesión del conductor profesional y acercarla a las nuevas generaciones. Apostar por la formación accesible, mejorar la infraestructura de trabajo y crear campañas de visibilidad realista y positiva puede marcar la diferencia en los próximos años.
El futuro del transporte por carretera no se sostiene sin conductores. Es momento de escuchar, actuar y transformar el sector en una opción laboral atractiva, moderna y estable.